El deseo es parte de la condición humana. La condición humana simboliza la parte de la mente que se percibe separada. El deseo entonces, es algo que proviene de la carencia. Cuando no hay carencia, cuando no hay necesidad de nada, no existe deseo alguno. El amor, no obstante, siendo nuestra naturaleza, no desea sino que más bien libera.
Por lo tanto, cuando amo algo quiero que
sea libre mientras que cuando deseo algo quiero que sea mío. Un buen ejercicio
para saber si de verdad amo algo o lo deseo es el siguiente; me hago la
pregunta, ¿este objeto o persona que forma parte de mi vida, o con la que
comparto mi vida, es completamente libre para irse si lo desea? Y si ese fuese
el caso, me sentiría feliz regocijándome de su libertad? Si la contestación es
que sí, entonces lo amo. Si la contestación es que no, entonces lo deseo, y por
consiguiente no hay amor. Lo que hay es apego. Solo que le hemos adjudicado la
etiqueta de "amor" al apego. En ese sentido, los celos, la posesión,
y todo el sufrimiento que conlleva ello se justifica.