Pregunta Sobre la Lección 129

Pregunta: “Hola que tal Nick, podrías explicarme un poco más la lección 129 que dice: "más allá de este mundo hay un mundo que yo deseo" es decir, cómo puedo llegar a ese "mundo" que yo deseo? Dejando de interpretar soy Consciente de quien soy y puedo llegar a ese nuevo mundo real? Saludos y Muchas gracias!”

Comentario: Vamos primero a ser conscientes de la razón por la cual esa lección está en pie. La misma sigue la lección anterior, la 128 que nos dice, “El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.” Y la razón es, como muy bien lo explica la lección 129, “No puedes detenerte en la idea de que el mundo no tiene valor, pues a menos que veas que hay algo más por lo que sentirte esperanzado, no podrás evitar caer en la depresión.“ W-pI.129.1:2

Vamos ahora a elaborar sobre tu pregunta. No hay que “llegar” a ese mundo porque ya ¡eres! ese mundo. Mas sin embargo ese mundo lo has negado y lo has sustituido por éste (experiencia física). Dejando tus interpretaciones a un lado no es que te “lleve” al mundo real sino que más bien te lleva a dejar de prestarle atención a este mundo físico el cual te has convencido de que es tu realidad.

Una vez se le deja de prestar atención a lo falso eres entonces consciente de lo verdadero. Y una vez más, eso no es algo a lo que se “llega.” Es lo que siempre has sido, salvo que al haberlo negado aparentaba como que no estaba ahí. Lo otro que quiero hacer hincapié acerca de tu pregunta es que si estás intentando experimentar el mundo real desde tu experiencia física, en otras palabras intentar entender a este nivel lo que es el mundo real, te la pasarás corriendo en círculos por el resto de la eternidad. Por eso le pregunta el estudiante a su maestro, “¿maestro, si practico la meditación se contestarán mis preguntas?” A lo cual el maestro le responde, “no se contestarán ninguna de tus preguntas pero se eliminará el que las está preguntando.” ¿Ves la paradoja?

Por consiguiente lo más práctico no es intentar llegar al mundo real ni entenderlo. Es más bien observar el mundo que has interpuesto ante el y permitir que el Espíritu Santo lo reinterprete por ti ya que es así como lo vas soltando. Y lo que da testimonio de que vas soltando éste mundo es la paz que sientes, y eso es lo mas cercano en experiencia física a lo que sería el mundo real, pues el cambio de mentalidad no hace que tus ojos dejen de ver este mundo pero sí que dejes de reaccionar a él. Por eso se nos recuerda en la lección 155, “Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino: Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos.” W-pI.155.1:1-3

Utilicemos un ejemplo práctico. Imagínate que estás viendo las noticias en la televisión y las mismas muestran un video donde dos individuos están brutalmente atacando a puños a un anciano indefenso. Al habérsete olvidado el mundo real lo cual es amor tus ojos ven esa escena y experimentas ira. Sin embargo cuando invitas al Espíritu Santo, tus ojos siguen viendo la misma escena pero esta vez al estar identificado con el amor en ti la emoción que surge no es ira sino compasión. A raíz de ese cambio de mentalidad donde en un principio percibías dos verdugos y un victimario ahora lo que ves es al Santo Inocente Hijo de Dios lleno de miedo que por eso actúa de esa manera y lo que ves es una petición de amor. Por consiguiente de ti lo que brota es amor.

En otras palabras aunque sigues percibiéndote en el mundo de las ilusiones viendo las mismas imagines que todos aparentamos “ver”, el mero hecho de poder ser consciente del amor que hay en ti estás más en contacto con el mundo real. Una vez que este sueño se deja a un lado el mundo real es lo que eres, lo que siempre has sido, y lo que siempre serás no importa si intentas negarlo o no. Es por eso que un curso de Milagros nos recuerda; “Tu otra vida ha continuado sin ninguna interrupción, y ha sido, y será siempre, completamente inmune a tus intentos de disociarte de ella.” T-4.VI.1:7