En Este Mundo Puedes Convertirte en un Espejo Inmaculado

“En este mundo puedes convertirte en un espejo inmaculado en el que la santidad de tu Creador se refleje desde ti hacia todo lo que te rodea. Puedes ser el reflejo del Cielo aquí. Pero el espejo que desee reflejar a Dios no puede albergar imágenes de otros dioses que lo empañen. La tierra puede reflejar el Cielo o el infierno, a Dios o al ego. Lo único que necesitas hacer es mantener el espejo limpio y libre de toda imagen en la que se oculta la oscuridad que jamás hayas superpuesto sobre él. Dios brillará en él por Su cuenta. Sólo el claro reflejo de Dios puede ser percibido en dicho espejo.” T-IX.5:1-7

Comentario: Mirando éste extracto del Curso que acabo de compartir vamos a poner el enfoque en la tercera oración la cual es clave para poderle sacar provecho a lo que se nos enseña en Un Curso de Milagros, “Pero el espejo que desee reflejar a Dios no puede albergar imágenes de otros dioses que lo empañen.” T-IX.5:63

Todo lo que estamos haciendo con Un Curso de Milagros es mirar los obstáculos al amor. En otras palabras, mirar los miedos escondidos. Desear reflejar a Dios no es intentar buscarlo a Él, ni siquiera tienes que entender lo que Dios es. Si prefieres utilizar una palabra menos teológica reemplaza la palabra Dios por la palabra Amor siempre y cuando no confundas la palabra Amor con ningún tipo de sensación o sentimiento. Es por eso que para este ejemplo la palabra Amor se utilizará con letra mayúscula.

Continuando, Dios o el Amor no hay que buscarlo porque eso es lo que Eres. Sin embargo ese espejo ha sido empañado por todas y cada una de nuestras creencias que proceden de la creencia fundamental que dice que soy un cuerpo que a su vez se percibe separado de otros cuerpos en un mundo de separación. Esa sensación de sentirse separado genera miedo. Y lo que sostiene ese miedo, una vez más, es el “yo” que me he creído ser. Y como lo sostenemos hasta el punto de “morir” para defender su identidad, la negación de nuestra Realidad como Dios o como Amor se continúa perpetuando incrementando así el miedo.

Pero según desarrollamos la valentía, con la ayuda del Espíritu Santo por supuesto, de mirar todos esos obstáculos (miedos escondidos) para así darnos cuenta de su falsedad y poderse ir dejando un lado, ese espejo se va poco a poco limpiando. Según ese espejo se va limpiando como muy bien nos dice la sexta oración de el extracto que compartí, “Dios brillará en él por Su cuenta.” T-IX.5:6

Por consiguiente no hay nada en realidad que tengamos que “hacer”, ni para llegar a Dios, ni para ver al mundo perdonado. Utilizamos no obstante todas nuestras relaciones personales al igual que impersonales con el mundo para exponer el miedo oculto y permitir que el Espíritu Santo se encargue del milagro (corrección de percepción). Dios no va a poder sino que brillar a través de nosotros debido a que eso es lo que somos por más que intentemos negarlo. Por lo tanto según los miedos van surgiendo (obstáculos al amor, manchas en el espejo) entreguémonos completamente al Instante Santo y así permitamos que Él nos muestre el camino. Así, no importa lo que tu hermano haga o deje de hacer siempre percibirás en él TU propia inocencia, no la de “él” porque no hay “nadie fuera”.

Si, no obstante, reaccionas a lo que tu hermano haga o deje de hacer, en él estás viendo TU culpabilidad negada que no deseas ver en ti y por consiguiente se la proyectas a él, que no es sino que una mancha en el espejo. Y el Espíritu Santo, si se lo permites, no te juzga porque haya una mancha en el espejo. Él simplemente y lleno de mucho amor la limpia.

Viéndolo de esa manera, todos esos hermanos que suscitan algún tipo de miedo en ti (sacan a la superficie las manchas en tu espejo) son tus salvadores. Aprende a sentir agradecimiento por ello y el camino hacia tu liberación se va despejando más rápidamente que la velocidad de la luz. Reconozco que esto no es muy cómodo sobre todo cuando se encuentra uno atrapado en la oscuridad y el mundo nos la refleja. Y es por eso que necesitamos ayuda que va más allá que nosotros. Créanme no obstante cuando les digo que sí se puede. Pero esto requiere un deseo profundo por la Verdad.