Y al realizarlo no me incomoda lo que me incomoda es que si
debo o no continuar es un debate tremendo en donde por un lado siento la
satisfacción por motivo del acto y luego inmediatamente surge la cuestión o
culpa o lamento de que si es algo que debe suceder o ya es un vicio pues o algo
o motivó o realmente lo busco, pero me intriga si vine a este sueño para
satisfacer está inquietud o debo de controlarlo o como dejarlo fluir sin que al
final acabé debatiendo entre el placer de satisfacción de una necesidad contra
la cuestión de hasta cuando voy a dejar esto o si estoy condenada a seguir
hasta acostumbrarme.
Hasta este escrito me tomo semanas redactarlo hacia vos en
donde mi voz interior me dice muchas cosas que espero no molestarte o que me
pase del límite con este cuestionamiento con vos, pero bueno el desahogo con
vos es aún un nuevo debate entre si debí o no compartir esto tan intimo con
vos. Conforme avanzo salen más cosas y me doy cuenta pero la verdad cosas como
estas que al concluirlas me incomodan después como reflexionando de no creo que
vine a este sueño solo a masturbarme o satisfacerme. Con confianza escribo y mil
disculpas pero ya estoy embolatada. Entenderé si respondes o no y bueno de algo
se que me sirvió escribiros. Muchas gracias.”
Comentario: El placer
físico, y observa que estoy hablando puramente de placer, esa sensación que al
igual que el dolor, se experimentan con el único propósito de hacerte creer, o
se podría decir, de mantener tu atención fija en la creencia de que eres un
cuerpo. Es prácticamente imposible negar tu experiencia como cuerpo cuando
todas esas sensaciones están presentes. No se te pide que las niegues pero sí
que seas consciente de que su origen es una condición mental cuyo propósito es
mantenerte distraída de la verdad. Y por cierto, antes de continuar quiero que
sepas que ésto aplica a cualquier otro tipo de comportamiento impulsivo por así
decirlo. Para ti quizá es el tema de la masturbación. Para otro puede ser
droga, alcohol, fumar excesivamente, la comida, necesidad de atención, etc.
Volviendo a tu experiencia, la
masturbación, o el sexo mismo, si se expresan no obstante, no hay razón por la
cual sentirse culpable. El trabajo del perdón va llevando la mente a que se
vaya identificando con un sistema de pensamiento, que para los efectos de Un
Curso de Milagros se le conoce como Espíritu Santo pero en realidad lo puedes
llamar Sabiduría Interna, Mente Recta, o ni siquiera darle un nombre, y a raíz
de esa elección la paz se va asentando más y más en la mente por lo cual los
impulsos van disminuyendo.
La paz que se va experimentando a raíz de
un cambio de mentalidad, en la cual la identificación con el Ser va empezando a
tomar primera posición en la mente hace que esos impulsos físicos vayan poco a
poco, como ya mencioné, disminuyendo ya que la culpa inconsciente se va
deshaciendo y la sensación de plenitud que ya eres se va experimentando.
La búsqueda del placer a nivel físico es
otra manera de satisfacer una necesidad, un deseo que sólo tiene lugar cuando
nos sentimos necesitados, carentes o incompletos. Lo importante es que
reconozcas, y esto lo repetiré constantemente, que tener esos deseos e incluso
satisfacerlos no es razón para sentirse culpable, pero sí ser consciente que lo
que los impulsa es la culpa inconsciente que se genera a raíz de la
identificación con el sistema de pensamientos de el ego (la creencia de que somos
un cuerpo). De nuevo, esto no requiere castigo simplemente una corrección. Si
no hubiese culpa inconsciente en la mente no habría experiencia “humana”. Así
que todos, de una manera u otra experimentamos el mismo miedo aunque se exprese
en diferentes formas para cada “individuo”.
El Espíritu Santo, de nuevo, no te culpa
ni te condena porque sientas esos deseos. Simplemente te exhorta a que elijas
Su sistema de pensamiento de manera que Él pueda hacer la corrección a nivel
mental y los deseos, de nuevo, en su debido momento se caerán por su propio
peso. Lo que no quieres es seguir alimentándolos. Alimentándolos no significa
que no vuelvan a surgir ni que no los satisfagas. Significa que cuando surgen,
observar las historias que la mente hace alrededor de ellos y conscientemente
has tu trabajo de perdón. Siéntelos, y dales el espacio de ser sentidos sin
actuar. De lo contrario cuando surgen utilizarás los pensamientos para
alimentarnos por lo cual se intensifica el deseo y entras en un círculo vicioso
del cual no puedes salir. Al principio no será fácil pero según tu deseo por la
verdad aumenta, como mencione anteriormente, lo deseos disminuirán en
intensidad y dejarán de ser una distracción. Pero esto si es muy importante,
que tu deseo por la verdad sea genuino.
Me gustaría mencionar un extracto del
curso que puede que te sea útil. Dice, “El ego atacará tus motivos tan pronto como éstos dejen de
estar claramente de acuerdo con la percepción que él tiene de ti. En ese caso
es cuando pasa súbitamente de la sospecha a la perversidad, ya que su
incertidumbre habrá aumentado. Es evidente, no obstante, que no tiene objeto
devolverle el ataque. Pues ¿qué podría significar eso, sino que estás de
acuerdo con su evaluación acerca de lo que eres?” T-9.VII.4:6-9
Comparto este extracto porque en tu
pregunta mencionas que estos deseos empezaron a incrementar después de leer mi
libro y poner en práctica Un Curso de Milagros. La realidad es que ni leer mi
libro ni practicar Un Curso de milagros fue lo que incrementó esos deseos. Lo
que ocurre es que cuando empezamos un camino para deshacer el sistema de
pensamientos de el ego, el aferramiento que tenemos a nuestra identidad es tan
fuerte que aparenta como si el ego se revela y busca la manera de mantener
nuestra atención en él. Lo interesante del caso es que el ego no es el que
llama nuestra atención, pues el ego sólo existe en nuestra imaginación porque
somos nosotros los que deseamos sostenerlo. Recuerda que nuestra identidad
personal surge a raíz de elegir al ego. Y soltar esa identidad es una manera de
“morir.” Eso aterroriza el ego, que de nuevo es lo que creemos ser.
Por lo tanto, una vez más, ese exceso de
placer que derivas a raíz de tu experiencia es simplemente la resistencia a la
verdad que en tu caso se expresa a nivel de esos impulsos físicos de la misma
manera que para otros se expresa a través de otros impulsos. Y repito, esto no
requiere castigo ni significa que sientas que estás haciendo algo “mal” o
“incorrecto”. Simplemente requiere corrección, y aquí sí se requiere que de tu
parte seas mas consciente. El Espíritu Santo te apoya cuando lo eliges a Ël.
Esa es tu elección. Y por eso se le conoce como “La pequeña dosis de buena voluntad.” T-18.IV Sin embargo me gustaría añadir lo siguiente. En realidad
la pequeña dosis de buena voluntad requiere un deseo continuo por la verdad.
Mucha gente se cree que es cuestión de hacer una meditación de cinco minutos y
luego continuar con su vida diaria como siempre.
En mi experiencia ese no es el caso. Este
es un trabajo que se hace a diario y constantemente. No estoy hablando de
“meditar” las 24 horas ni nada así por el estilo. Pero si requiere mantener a
la mente vigente y alerta, y eso es algo que hago en cada momento de la mejor
manera que puedo. Mientras estoy en el metro, mientras estoy comiendo, mientras
estoy en una conversación, mientras observo el impulso de sentirme atraído
hacia alguien, en otras palabras es un trabajo que hago en todo momento. Y te
podría decir que no es un trabajo arduo. Todo lo contrario. Mientras más se va
erradicando el miedo a soltar la identidad personal más se da cuenta uno lo
simple que es el proceso. Fácil para mi no ha sido debido a la resistencia.
Pero de que el trabajo es simple, eso sí.
Pero si esto se hace con el propósito de
sentirse “mejor” o para “arreglar” nuestros problemas, esa no es motivación
suficiente para continuar haciéndolo. Pues eso sería el equivalente a continuar
deseando el mundo de ilusiones, desear la identidad como personaje, sólo que un
poco más “cómoda”. Aquí estamos hablando del deseo por la verdad. De hecho, el
curso lo plantea de la siguiente manera: “Desear la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos
los sueños. Pues nadie que diga estas palabras de todo corazón desea ilusiones
o busca la manera de obtenerlas."
W-pI.185.5:1-2
Y lo que nos lleva a esta búsqueda
finalmente es el sufrimiento constante y la culpa inconsciente que motiva
nuestras acciones. Así que en tu caso, y repito una vez más, tu experiencia no
es razón para sentirte culpable ni estás haciendo nada “malo”. Sin embargo no
puedes negar la pérdida de paz que sientes cuando esos impulsos “placenteros”
se apoderan de ti. Y eso no es felicidad. Y por cierto, por si el ego intenta
utilizar lo que acabo de decir para auto engañarse, el deseo por el placer es
pérdida de paz. Nisargadatta Maharaj una vez dijo: “Todo placer, físico o mental, necesita un instrumento.
Tanto los instrumentos físicos como mentales son materiales, se cansan y se
desgastan. El placer que producen es necesariamente limitado en intensidad y
duración. El dolor es el fondo de todos tus placeres. Los quieres porque
sufres. Por otra parte, la misma búsqueda del placer es la causa del dolor. Es
un circulo vicioso.”
Un Curso de Milagros lo plantéa de la
siguiente manera: “El pecado oscila
entre el dolor y el placer, y de nuevo al dolor. Pues cualquiera de esos
testigos es el mismo, y solo tienen un mensaje: ‘Te encuentras dentro de este
cuerpo, y se te puede hacer daño. También puedes tener placer, pero el costo de
este es el dolor’. A estos testigos se unen muchos más. Cada uno de ellos
parece diferente porque tiene un nombre distinto, y así, parece responder a un
sonido diferente. A excepción de esto, los testigos del pecado son todos
iguales. Llámale dolor al placer, y dolerá. Llámale placer al dolor, y no
sentirás el dolor que se oculta tras el placer. Los testigos del pecado no
hacen sino cambiar de un término a otro, según uno de ellos ocupa el primer
plano y el otro retrocede al segundo”. T-27.VI.2:1-9
Por lo tanto tienes una gran oportunidad
para poner en práctica el perdón, y si a nivel físico esa condición se
convierte en una obsesión incontrolable, mientras continúas poniendo en
práctica el perdón pueda que te sientas inclinada a pedir ayuda a nivel formal.
Por la naturaleza de tu pregunta no sé si
esto ha sido un problema que has tenido siempre o simplemente algo que salió a
la superficie recientemente a raíz de emprender este nuevo camino. Y si ese es
el caso, continúa tu proceso de perdón haciendo los ejercicios y confía en lo
que te sientas inclinada a hacer en termino de buscar ayuda formal o no. Y si
sientes que necesitas buscar ayuda puedes practicar invitar al Espíritu Santo a
que te acompañe en ese proceso. Simplemente es confiar en que Él está contigo
en cada momento mientras que haces tu parte como investigar sobre esa
experiencia y los tipos de apoyo que hay disponibles. Y si se supone que vayas
a algún terapeuta o grupo de apoyo, confía en que es lo correcto para ti en ese
momento simplemente porque es lo que está ocurriendo y nada mas. Y que el
Espíritu Santo está tomando la forma de ese terapeuta o grupo de apoyo solo que
para que te vayas encaminando hasta que dejes de necesitarles.