Comentario: Si no somos
conscientes de que el curso es una enseñanza puramente no dual, y de que la
misma va dirigida a la mente que está soñando el sueño, no al “yo” (personaje)
que se cree estar teniendo esta experiencia física, se va a intentar aplicar la
lección al cuerpo en vez de a la mente. Eso se le conoce como la típica
confusión de niveles.
Cuando el curso habla de la “enfermedad”
no tiene nada que ver con un “cuerpo” que esté “enfermo” sino que con la
creencia (enfermedad) en la mente de creer ser un cuerpo. Por lo tanto otro
nombre para la creencia en la separación es el pecado.
Miremos esa lección linea por linea y
luego cerramos con la oración que le sigue.
“La enfermedad no es
sino otro nombre para el pecado.”
La creencia en la separación es otro
nombre para el pecado.
“La curación no es
sino otro nombre para Dios.”
Recordar que eres Dios y no un cuerpo
separado es otro nombre para Dios, para la verdad.
“El milagro es, por
lo tanto, una invocación que se le hace a Él.”
El ser consciente de que soy Dios (ese es
el milagro) es una invocación que se le hace a Dios (a Uno Mismo).
Si permitimos que el ego interprete esas
palabras vamos a creer que está hablando de la curación de un “cuerpo” y va a
intentar llevar la mente a pedir un “milagro” desde una perspectiva dual en
donde se percibe un “cuerpo enfermo” desear un “cuerpos sano”. Y eso no es
curación sino que mas bien es un intercambio de ilusiones pasando por alto que
nuestra Realidad es Dios y no individuo separado, que nuestra realidad es amor
y no miedo, que nuestra realidad es unidad y no separación.
Cuando uno es consciente de que Un Curso
de Milagros va dirigido a la mente que sueña el sueño y no al personaje “yo”
que cree “existir” en este mundo, es fácil no confundir su teoría, y las
lecciones son simples de entender y de poner en practica. Pueda que el curso no
sea fácil de aplicar debido a la resistencia que hay a la verdad, pero no se
puede negar lo simple que es su enseñanza si reconocemos que el objetivo es
despertar del sueño.
Vamos ahora a leer el resto de esa
lección reconociendo su contexto puramente no dual, y al igual que cualquier
otra lección que estemos leyendo, donde se utilizan palabras como “curar” o
“cuerpo” o “mundo” o “hermanos”, etc., ya siendo conscientes, podremos ponerlas
en practica libre de confusión.
Oración de esa lección:
“Padre, prometiste
que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese hacerte.
No importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse
convertido. Él es Tu Hijo, y Tú le contestarás. El milagro es un reflejo de Tu
Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe. Tu Nombre reemplaza a
todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor
alguno. Tu Nombre es la respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu
Nombre él invoca el suyo propio.” W-pII.356.1:1-6
“Padre, prometiste
que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese
hacerte.”
El Hijo no es un “ser humano” que se
encuentra en el mundo separado de Dios. El hijo somos todos en el sentido de
que es la parte de la mente que proyecta el sueño. Entiendo que el ego es el
que que proyecta el sueño. Pero lo que intento explicar es que el ego en sí no
existe, solo la mente es lo único que existe. Y el hijo de Dios se encuentra en
la mente no en el sueño. Por lo tanto cuando se erradica en la mente la
creencia que da lugar a la proyección de un sueño, la mente se sana. O para los
efectos de este ejemplo se “cura”.
“No importa dónde
esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido.”
No importa si cree estar en un mundo
separado de otros. No importa cual aparente ser su “problema”, salud, dinero,
relaciones, trabajo, gobierno, etc. No importa que se crea haber convertido en
un cuerpo. En otras palabras lo que ocurra en el sueño es completamente
irrelevante. Un sueño es un sueño y no tiene ningún poder para afectar al Santo
Hijos de Dios que es la mente que se percibe dividida. Por eso, y repito, es
bueno hacer hincapié de que Un Curso de Milagros no va dirigido a lo que ocurra
en el sueño. El sueño es simplemente lo que mantiene a la mente distraída de su
realidad como mente.
“Él es Tu Hijo, y Tú
le contestarás.”
El es Tu y Tú eres Él y por consiguiente
siempre contestarás. Contestará porque es la mente hablando consigo misma, no
con un cuerpo. Por eso el Instante Santo nos brinda la oportunidad de dejar de
prestar atención a las formas, al cuerpo, a esta experiencia física. Así es
como se puede escuchar Su Voz, “Nuestra Voz”, la Única Voz. Y esa voz no es
algo que nosotros como “seres humanos” “escuchamos”, pues eso refuerza la
creencia en el sueño. Es simplemente la Única Voz que existe, que para efectos
de utilizar un lenguaje descriptivo, esa Voz se le conoce como Amor.
“El milagro es un
reflejo de Tu Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe.”
El milagro, siendo un reflejo del amor,
lo único que hace es que al recordarle a la mente que su realidad es Dios y no
esta experiencia física de separación, todo miedo automáticamente se erradica.
Es por eso que el milagro no tienen nada que ver con lo que suceda en el mundo
de las formas sino que tiene que ver con un cambio de percepción, un cambio de
mentalidad. Es simplemente una corrección que tiene lugar en la mente. Al
elegir la interpretación del Espíritu Santo el miedo es reemplazado por la paz,
por el amor, y por consiguiente un milagro ha ocurrido independientemente de
que en la forma ningún cambio haya tenido lugar. Pues de nuevo, pues lo que se
está “curando”, es la creencia EN LA MENTE de que la mente es algo separado de
Si Misma, de que es algo separado de Dios.
“Tu Nombre reemplaza
a todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor
alguno.”
El reconocimiento de la verdad (Tu
Nombre) reemplaza la creencia en la mente de que eres un cuerpo que existe en
un mundo de separación. Eso es reemplazar todo pensamiento de pecado. En otras
palabras cuando estas durmiendo y sueñas una pesadilla (el pecado es soñar), en
el momento que eres consciente de que estás soñando un sueño, aunque el
contenido de ese sueño (la pesadilla) no cambie, dejas de sufrir dolor,
inclusive puedes empezar hasta a reírte de ella.
“Tu Nombre es la
respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nombre él invoca el suyo
propio.”
La Verdad (Tu Nombre) es la respuesta que
le das a la mente porque una vez que la mente deja de enfocar en el sueño Se
está recordando a Si Misma.
En resumen:
La curación es para la mente que
está enferma por creer que es un cuerpo.
El pecado es creer que
somos un cuerpo pasando por alto que lo que realmente somos es mente soñando.
El milagro es
simplemente recordar que nuestra realidad es mente y no cuerpo separado.