¿Puedes Hablar Sobre el Dinero?


Pregunta: “Nick, podrías hablar sobre el tema del dinero?”

Comentario: El dinero es simplemente un pedazo de papel que no tiene valor intrínseco pero que a su vez se utiliza como un vehículo para el intercambio de bienes materiales y/o servicios. Es un sistema que se ha adoptado colectivamente con el propósito de facilitar ese intercambio de manera que todas las partes involucradas se beneficien.

El problema con el dinero surge cuando se le otorga un poder basado en un significado completamente ilusorio. Por consiguiente podemos explorar el significado que el dinero tiene para nosotros de manera que pueda ser desmantelado y así restaurar la sensación de plenitud existente que por ignorancia se le había adjudicado a ese insignificante pedazo de papel.

Creencia: El dinero es un símbolo de poder
La palabra poder la utilizamos mucho cuando hablamos de dinero. Hablamos de “poder” adquisitivo. Por consiguiente una persona que no tiene dinero se percibe sin poder. Esto ocurre cuando pasamos por alto el hecho de que nuestra esencia es plenitud y ahora queremos reducirla a un pedazo de papel.

Sin embargo para yo sentirme poderoso tendría que compararme con otra persona que tiene menos “poder” (dinero) que yo. O me comparo con alguien que tienes mas “poder” que yo y eso me hace sentir inferior. Ese juego de comparaciones es lo que el miedo utiliza, no para hacerme sentir “superior” o “inferior” sino que para hacerme sentir separado de otros (de mi mismo) ¿Ves la trampa?

En el mundo de autoayuda se utiliza mucho la idea de que si te enseño a hacer dinero te estoy “empoderando”. Sin embargo la creencia subyacente que motiva ese comportamiento es la idea de que si no tengo dinero no tengo poder. Y mientras no tenga dinero me voy a sentir “desempodrado” por lo que necesito DESESPERADAMENTE hacer dinero para sentirme poderoso. Es un callejón sin salidas porque si digamos que terminas haciendo dinero, tu verdadero poder esta cubierto por un “poder ilusorio” que está sostenido por el miedo. Nunca te sentirás verdaderamente pleno hasta que seas consciente de tu verdadero poder, que no tiene nada que ver con dinero sino que con el reconocimiento de tu identidad como Dios.

Cuando se siente uno pleno en Dios, el dinero, o la búsqueda incesante del dinero deja de ser necesaria y todo lo que se necesita se nos provee en cada momento ya que nuestro sustento deja de ser el dinero sino que el amor mismo. Lo que hay que ser consciente de es que si lo que deseas es un estilo de vida no podrás abrirte a la plenitud del la que estoy hablando. Pues o deseas la verdad o deseas las ilusiones del mundo, como lo que sería en este caso el dinero. Lo paradójico es que cuando tu atención es en Dios te sientes pleno, te sientes abundante, te sientes en paz, te sientes feliz. Una vez que tienes eso ¿que más podrías desear?

Con esta nueva toma de conciencia se deshacen las creencias de que si tengo dinero puedo estar en paz, o de que si tengo dinero puedo ser feliz, o de que si tengo dinero puedo ser libre, etc. En mi caso te podría decir que cuanto más empoderado me siento es cuando menos atención le presto a ese pedazo de papel. Sin embargo cuando más atención le presto a ese pedazo de papel más desempoderado me siento, y lo paradójico de esa actitud es que cuando más atención le he prestado a ese pedazo de papel más me he expuesto a la experiencia de que lo pierda, me lo roben, o pueda que no entre mi vida.

Hay una historia donde se dice que existen dos diosas, la diosa de la sabiduría y la diosa del dinero. Si le prestas toda tu atención, no parte de tu atención sino que TODA tu atención a la diosa de la sabiduría (el momento presente) la diosa del dinero se va a sentir celosa y de la manera que intentará llamar tu atención es a raíz de regalándote todo el dinero que puedas imaginar. Una vez que caes en su trampa ¡ten mucho cuidado!

Creencia: El dinero me da un sentido de valor
Esta creencia va muy arraigada a la anterior. Cuando creo que mi valía depende de lo que tenga en el banco, constantemente me voy a sentir desvalorizado. Y no importa cuánto dinero tenga, siempre va a haber otro que tiene más que yo por lo que constantemente me seguiré sintiendo desvalorizado. Esa es otra manera de sentirme separado de mi hermano. Y esa creencia da lugar a la avaricia, la arrogancia, etc.

Cuando reconozco mi realidad en Dios mi sentido de plenitud se extiende a todo ya que todo es parte de mi. Mi valía, que me la ha dado Dios por la naturaleza de ser parte de Él es infinita. De esa manera tu abundancia es mi abundancia, tu felicidad es mi felicidad, tu paz es mi paz, tu dicha es mi dicha, deseo lo mejor para ti debido a que es lo mejor para mi. Una vez más, eso es sentirse pleno, independiente de cuánto dinero tenga o no. Para esto no se requiere la búsqueda de dinero sino que un cambio de mentalidad el cual se tiene acceso ahora mismo y quien cada momento. Según ese cambio de mentalidad tiene lugar el dinero que sea necesario se presentará al igual que los recursos que sean necesarios se presentarán como añadiduras.

Creencia: Si no tengo dinero no puedo acceder a servicios, inclusive, servicios “necesarios”
Si no fuese por las experiencias que he tenido no podría desmantelar esa creencia con la certeza que la voy a hacer ahora. Me da igual si cree uno en la espiritualidad o no. Han sido muchos los momentos en mi vida en los no tenía ni un solo centavo, no obstante mi entrega total al momento presente y a la paz de Dios me fueron demostrado que nunca me ha faltado nada. El único “problema” por así decirlo, que experimenté durante muchos períodos en ese tiempo, no fue el de no tener dinero sino que el juzgarme por creer que las cosas no iban de manera como yo creía que tenían que ser.

Ahora me doy cuenta de la perfección de cada una de mis experiencias, que mirando en retrospectiva, si hubiese tenido dinero pueda que hubiese sido lo peor que me haya ocurrido. Ahora que se puede decir que tengo dinero, y que a su vez reconozco que mi plenitud no tiene nada que ver con ese pedazo de papel, todo me estaba llevando simplemente a acercarme más a Dios. Si me ofreces ahora todo el dinero del mundo a expensas de perder la paz de Dios te digo con una confianza plena y sólida que te puedes quedar con el dinero. Porque ya sé que no hay nada en este mundo que pueda llenar el vacío que se siente cuando se intenta sustituir a Dios por cosas del mundo, como pareja, dinero, objetos materiales, estatus, metas, etc. Es por eso que en mi libro Lo Que Pasa Cuando Dejas Ir digo te sales mejor perdiendo todo lo que tienes y manteniendo tu paz interior que adquiriendo todo lo que deseas a expensas de perder paz interior.

Pero sin desviarme mucho de la creencia en cuestión, todo lo que he necesitado a través de mi jornada, como servicios médicos extremadamente costosos durante momentos que no tenía dinero se me presentaban. Cuando he necesitado comida al igual que albergue durante esos momentos que no tenía dinero se manifestaban de una manera inexplicable. Y lo que podría compartir, y estoy hablando de antes de ser consciente de esta enseñanza o manera de ver la vida, nada de eso se presentó porque yo me sentía desesperado y estaba pidiendo algo. Fue lo que naturalmente y espontáneamente ocurría en cada momento. No intento convencerte de nada, no intentó explicar nada, simplemente comparto los hechos tal y como han ido ocurriendo en mi vida. Y el denominador común en todas y cada una de esas experiencias no era el pedir sino que el soltar. Y cómo ves la abundancia plena que soy se manifiesta de manera que no tengo que tener cierta cantidad de dinero para “supuestamente” sentir que soy “yo” el que hago que esas cosas ocurran.

Creencia: El dinero es mi sustento
Esta creencia es un derivado de las que ya he compartido. Pero me gustaría elaborar específicamente un poco en ella debido a que cuando hablamos de “sustento” estamos hablando de lo que nos da vida. Por consiguiente el no tener dinero para algunas personas simboliza una forma de muerte. Dado ese el caso, ¿quien no desesperadamente buscaría la manera de obtenerlo? Esa actitud inconsciente es la que lleva a individuos a manipular, a persuadir, a estafar, inclusive a matar por el dinero. Es la ley de la supervivencia. Pero Dios, o Amor, que es nuestra verdadera naturaleza, que es la Vida Misma, constantemente se está extendiendo y compartiéndose. Y como el amor se recíproca a si mismo, el amor se puede expresar de diferentes maneras. A veces puede tomar la forma de un pedazo de papel que nos apoye a adquirir algo que en ese momento se necesite. A veces puede tomar la forma de que eso que se necesite se nos presente de una forma gratuita (sin necesidad de un intercambio de dinero). En otras palabras el amor no podemos limitarlo a simplemente una forma de expresión.

Si utilizo mi experiencia personal como ejemplo, ¿cómo crees que el dinero empezó a entrar en mi vida sobre todo cuando no tenía ni un centavo? ¿Trabajando arduamente por él? ¿Mendigando por las calles? ¿Buscando la manera de vender productos o manipular a la gente para que me den dinero? ¿Entrando en juegos de pirámides o multinivel con el propósito de hacerme creer que “ayudando” a otros a hacer dinero tendría yo ingresos pasivos? Fue simplemente extendiendo el amor que hay en mi sin pedir nada a cambio. Haciendo mi trabajo interno para reconocer el amor de Dios en mi. Según mi proceso de sanación continúa, las habilidades, por así decirlo, de escribir y compartir que tengo se han ido utilizando para el servicio del amor mismo, no para hacer dinero. Y a raíz de eso se me ha ido proveyendo de todo lo que he “necesitado” en cada momento, como comida, albergue, el dinero que fuese necesario el cual podría llegar a través de oportunidades temporales de trabajo o como fuese. Una cosa fue llevándome a la otra, y ahora aquí me encuentro, pleno y con todo lo que necesito y más.

Y soy pleno, no por la cantidad de dinero que tengan en el banco, sino que porque estoy consciente de qué lo que me sustenta es el amor de Dios por lo cual me gustaría compartir este extracto de la lección 50 de un curso de Milagros:

“El Amor de Dios es mi sustento: He aquí la respuesta a cualquier problema que se te presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. Crees que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa "protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien" relacionado y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que dotas de poderes mágicos… Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo que no tiene valor. No te sustentará.W-pI.50.1:1-3…2:1-5

Así que lo único que podría compartir relacionada al dinero es, deja de prestarle atención y pon tu enfoque en el momento presente, sin juzgarlo por tener o no dinero, observando los miedos y las creencias que surgen para distraerte de este momento con el propósito de perdonar. De nuevo, no para hacer dinero, sino que para entregarte completamente a Dios, a la paz, al amor en ti. Y confiando en que todo está siendo amorosamente orquestado por el amor mismo para el bien, aprende a confiar en tu proceso, y deja que la vida te sorprenda. No esperes que te sorprenda con dinero porque esas son expectativas del ego que cree saber cual es el problema. Deja que te sorprenda con mostrarte la paz que hay en ti que nada (dinero) ni nadie la puede tocar. Y en ese instante entenderás, o mejor dicho, experimentarás lo que es la verdadera abundancia.