Cómo Lidiar Con Deseos De Infidelidad


Pregunta: “Hola Nick: Quisiera comentarte una situación que estoy viviendo y que a veces me hace estar intranquilo. Tengo una relación con una chica de fuera de mi país. Hice varios viajes a su tierra y decidimos hacer por estar juntos. Por cuestiones practicas la única manera de conseguirlo es casándose y eso es lo que pretendemos hacer. El problema es que fisicamente estamos a unos 4000 km y la distancia a veces es una prueba de paciencia y no siempre lo llevo bien. El proceso desde la boda hasta que ella se venga a mi país, es largo. Nos expresamos nuestro mutuo amor con frecuencia pero a veces los miedos y desconfianzas ganan valor en mi. Hecho de menos en ocasiones el contacto corporal, que, por la distancia, no tengo con ella y el tema de de ser infiel se me presenta delante. Como, con ella, hice un compromiso cuando nos conocimos, reprimo este instinto y, al practicar el curso, ofrezco al Santo la creencia en la carencia y en el cuerpo para que El me guíe y ayude a perdonar. Pero al pasar el tiempo, desconfío y pienso, desde esta situación, que ella me podría estar siendo infiel. Vamos, que veo que mi culpa la proyecto afuera, como bien dice el curso. Con esto te quiero hacer una pregunta, teniendo presente la Regla de Oro del Curso) ¿Puede ser natural o licita la infidelidad cuando la aparente distancia y los periodos largos de separación física son grandes?”

Comentario: La infidelidad no ocurre en el cuerpo sino que en la mente. ¿Has tenido fantasías con otras mujeres? Ya has sido infiel. La Biblia lo dice de la siguiente manera, “Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.[Mateo 5:28]

A lo que voy es, desear algo del mundo es una forma de querer serle infiel a Dios. Sin embargo el Espíritu Santo sabe que le tenemos miedo a Dios (al Amor) y por eso deseamos el mundo. Pero tarde o temprano, aunque termines casándote con ella y viviendo juntos, puede que esos deseos de infidelidad surjan de nuevo. ¿Por qué? Porque el deseo que te lleva a buscar el amor y la plenitud en tu pareja, aun cuando le seas fiel a ella, es una representación de el deseo por el mundo en vez de la verdad y por consiguiente podrían seguir surgiendo.

Por lo tanto todas las inquietudes que tú experimentas son completamente normales para un ser humano que todavía cree que el mundo tiene algo de valor que el desee. Y esa no es razón para sentirse culpable sino que simplemente lo que tiene lugar cuando en la mente se elige el sistema de pensamientos de el ego sobre el del Espíritu Santo. Eso es todo.

El problema con tu pregunta es que puede haber una confusión los niveles. El Espíritu Santo no está interesado en que si te casas o no te casas si eres fiel o infiel o si ella es fiel o infiel o cualquier miedo que surja a raíz de la experiencia que estás teniendo aquí.

Lo que el Espíritu Santo está interesado es que dejes de poner tu atención fija en el mundo de las ilusiones para que Él pueda hacer la corrección en la mente. Lo que hace difícil esa corrección es porque todavía deseas el mundo. Deseas a esa mujer qué crees que es la fuente de tu felicidad, deseas otros cuerpos porque crees que pueden satisfacer esa necesidad corporal.

Eso no significa que no puedas tener relaciones, ni que no “debas” tener deseos. Son más bien oportunidades para que veas donde están los apegos, los miedo escondidos. En realidad no es tu relación la que le estás ofreciendo el Espíritu Santo, aunque así lo parezca. Lo que le estás ofreciendo a Él son tus interpretaciones de los hechos. Lo que termine sucediendo con tu relación con ella es simplemente parte de lo que se está desenvolviendo en tu guión el cual no tienes control sobre el.

Por lo tanto continúa haciendo tu trabajo de perdón, y observa los miedos que van surgiendo para ser sanados confiando en que si ella y tú se supone que estén juntos así será y si se supone que no pues así será. Mientras tanto haz lo que te sientas inspirado a hacer en cada momento. Lo que quiero es que recuerdes que el trabajo va dirigido a la mente y no a los personajes en el mundo de las formas.

Todo lo que sientes, todo lo que tus sentidos muestran es simplemente distracción a la verdad. No eres culpable por sentir esos deseos ni por pensar lo que estés pensando ya que tú no tienes control sobre ello, pero si eres responsable de elegir el maestro con el que quieres identificarte en cada momento. Y es eso lo que estás haciendo de la mejor manera que puedes por lo tanto vas por buen camino.

“La salvación no te pide que contemples el espíritu y no percibas el cuerpo. Simplemente te pide que esa sea tu elección. Pues puedes ver el cuerpo sin ayuda, pero no sabes cómo contemplar otro mundo aparte de él. Tu mundo es lo que la salvación habrá de deshacer, permitiéndote así ver otro que tus ojos jamás habrían podido encontrar.” T-31.VI.3:1-4