Primero tenemos que estar conscientes de no
confundir los niveles, y luego definir a que se refiere cuando se utiliza el
termino culpa.
Empezando por los niveles, si hablamos del
nivel del Contenido (Mente), que es nuestra realidad en Dios, no hay nada que
podamos hacer lo cual nos haga sentir culpables porque nuestra realidad no es
esta experiencia física. Por consiguiente, nuestra inocencia se mantiene
intacta independientemente de lo que ocurra en el sueño.
Es como un niño en su cama, descansando
inocentemente, pero teniendo un sueño en el que está arrojándole una piedra a
otro niño y lo hiere. Aunque en el sueño el niño puede sentirse culpable, su
realidad, la cual es el niño en su camita soñando un sueño, no cambia. El niño
es inocente.
En en nivel de la forma (experiencia
física) no obstante, donde aparentamos encontrarnos, el ser promiscuo no es ni
bueno ni malo. Es simplemente eso. Sin embargo, debido a que aquí toda acción
tiene una consecuencia, tenemos que ser conscientes de que si uno es promiscuo,
puede haber consecuencias.
Esta el riesgo de que la persona quede
embarazada y la consecuencia es que ahora hay una criatura de la cual hacerse
cargo de. Otra posible consecuencia podría ser una enfermedad venérea si no se
utiliza protección. Otra podría ser que esa persona con la que se tiene esa
relación sexual termine apegándose a uno y eso puede convertirse en una
situación muy incomoda, o que uno mismo se apegue a esa persona y luego sienta
dolor cuando esa persona se quiere ir con otro(a), otra podría ser que si el
deseo de ser promiscuo es el de sentirse “mejor” llenando un vacío la acción
puede luego convertirse en una adicción, en fin, una vez mas, éstas solo son
posibles consecuencias. El santo Hijo de Dios sigue siendo inocente, pero las
posibles consecuencias de nuestras acciones en el mundo de las formas pueden
terminar siendo muy dolorosas si no somos conscientes.
Vamos ahora a definir la culpa. Si por
culpa nos referimos a creencias, acondicionamiento cultural, entonces eso
depende de las creencias. Si para una persona el sexo se ve como un acto
inocente sin significado alguno, entonces es posible ser promiscuo y no sentir
culpa. No obstante si para otra persona hay una creencia que dice que el sexo
es pecaminoso por decir así, mas sin embargo su deseo lo lleva a ser promiscuo,
obviamente va a sentir culpa. Pero aun ahí, puede haber una trampa y ahora
veremos porque.
Si estamos hablado de la culpa inconsciente
que tiene que ver con nuestro deseo de sentirnos separados, que es por lo
general lo que nos conlleva a la promiscuidad, entonces es imposible ser
promiscuo sin no sentir culpa debido a que la culpa inconsciente ES la que
produce el deseo de buscar otro cuerpo para sentirse completo. Por lo tanto, la
culpa inconsciente genera el deseo físico, y eso es lo que conlleva al personaje
a tomar la acción de ser promiscuo.
Si no hay culpa inconsciente, en otras
palabras, si nos sentimos plenos en Dios, en el Amor que somos, no hay
necesitada de buscar nada fuera, por lo que no hay deseo, y al no haber deseo
físico no hay necesitad de promiscuidad.
Y recordemos que estoy hablando de
promiscuidad. De dejar que ese deseo nos lleve a comportarnos
irresponsablemente. No estoy hablando de una relación de pareja donde hay amor
y comprensión, y que sienten el deseo esporádico de tener sexo, que aunque
sigue siendo el deseo de unirse a otro supero, por lo menos se hace
conscientemente.
Cuando utilizamos ejemplos como el Buda,
Cristo, Gangaji, Nisargadatta, Yogananda, Amma, Krishnamurti por mencionar solo
algunos, al haberse liberado de gran cantidad de culpa inconsciente, ese deseo
físico simplemente no surge. Pues recordemos que el cuerpo no es el que desea.
No tiene ese poder. El cuerpo simplemente refleja los deseos de una mente que
se cree ser un cuerpo.
Y si alguno de ellos en una relación
consciente ese deseo surgiese, pues se tiene la experiencia de tener el sexo y
nada mas. Pero no se hace nada especial de ello, no es una adicción recurrente,
es solo ese ocurrir en ese momento. Pues siempre y cuando seguimos teniendo la
experiencia de ser un cuerpo, aun cuando hacemos nuestro trabajo de perdón, si
el deseo está ahí se observa y se hará lo que se tenga que hacer según la
mentalidad con la que nos estemos identificando, ego y Espíritu Santo.
Según la mente va sanando de la creencia en
la separación, el cuerpo ahora se utiliza como instrumente de comunicación, y
gran parte de los deseos que usualmente surgían a raíz de la carencia
simplemente dejan de surgir.
Así que el ser promiscuo o no, no afecta en
absoluto nuestra inocencia en Dios, solo que de nuevo, hay posibles
consecuencias. Y mientras haya culpa inconsciente en la mente, la promiscuidad
puede dar testimonio de ella. ¿Significa eso que ahora tiene uno que suprimir
esos deseos? Suprimirlos no sería la palabra que emplearía, pero sí ser
consciente de la causa de esos deseos porque si no, nos dejaremos llevar por
esas sensaciones físicas y la culpa por consiguiente se continuará
retroalimentando.
Pero de nuevo, si somos conscientes, según
esos deseos surgen, se pueden expresar conscientemente mientras hacemos nuestro
trabajos de perdón hasta que los mismos vayan perdiendo su fuerza a raíz de una
mente que va descansado en la paz y la plenitud de Dios.
Y como nosotros no podemos controlar esas
sensaciones, tenemos no obstante acceso a una mentalidad que puede liberarnos
para que nuestra atención deje de ser en el cuerpo, en la forma, y vuelva a ser
dirigía hacia a Verdad, hacia Dios.
Dado ese el caso, el Espíritu Santo nunca
te va a “guiar” a que te acuestes con nadie, ni a que seas promiscuo, sino que
cuando se sienta el deseo hacia cualquier individuo o experiencia del mundo
(relación especial) que pongamos nuestra menta bajo Su directriz.
Es por eso que se nos recuerda: “El Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que
tus pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te atraiga
te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas liberarte."
T-16.VI.12:2
Mientras tanto, como nuestra realidad es en
Dios, hagas lo que hagas, digas lo que digas en el mundo de las formas, eres
inocente por el simple hecho de Ser lo que realmente Eres, Mente y no cuerpo ya
que la verdad es que, "En Dios estás en tu hogar, soñando
con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad:"
T-10.I.2:1
Pero si se utiliza este entendimiento para
comportarse en el mundo de las formas erráticamente, creyendo que porque eres
Mente y no cuerpo ahora puedes actuar irresponsablemente justificando tu
comportamiento, aunque somos inocentes en la Verdad, tendremos que adherirnos a
las consecuencias de las leyes del mundo de las formas.